La Comunidad Campesina de
Capano por su ubicación geográfica, como las otras comunidades que conforman el
distrito, tiene su propia historia, sus propias manifestaciones culturales, y
la forma de gestión económica y social. Por
eso hemos considerado a la Comunidad Campesina de Capano como CULTURA VIVA y
muestra de una realidad de ayer y hoy. Por
su práctica cultural, agrícola y ganadera, su cosmovisión, y la manera de
integrarse a las nuevas formas de vida que se presenta en el mundo.
Dentro de las
manifestaciones culturales, donde se pone de manifiesto sus costumbres, el
mantener la historia en la memoria colectiva comunal y además el mantener la
historia del devenir de cada familia, es sumamente interesante. El mantener las
técnicas de transito en el Lago Titicaca, de la pesca, es sumamente importante
y que a la fecha no han sido escritos, pero está ahí presente en la memoria
colectiva y a la vez es transmitida de
generación en generación.
Por todo ello, y mucho más,
Capano cultura viva para el mundo.
Lic. Domingo Paucar Pari
A su vez quiero sugerir tener en consideración este contenido que publica José Ignacio López Vigil:
Fuente: A su vez quiero sugerir tener en consideración este contenido que publica José Ignacio López Vigil:
¿Para ejercer el periodismo ¿se necesita un título profesional?
En muchos países de América Latina y el Caribe todavía se discute sobre la necesidad de tener un título profesional (es decir, obtenido en una Escuela o Facultad de Comunicación) para poder ejercer el periodismo.
Este tema merece una pequeña reflexión. Veamos qué dice la Declaración de Principios de la Libertad de Expresión de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos:
En muchos países de América Latina y el Caribe todavía se discute sobre la necesidad de tener un título profesional (es decir, obtenido en una Escuela o Facultad de Comunicación) para poder ejercer el periodismo.
Este tema merece una pequeña reflexión. Veamos qué dice la Declaración de Principios de la Libertad de Expresión de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos:
La colegiatura obligatoria o la exigencia de títulos para el ejercicio
de la actividad periodística constituye una restricción ilegítima de la
libertad de expresión.
¿Por qué?, dirán algunos. ¿No necesitan los médicos un título para poder ejercer la medicina y los arquitectos para ejercer la arquitectura? Pues es lo mismo, los periodistas necesitan un título para ejercer su profesión.
No es lo mismo. Porque no existe un “derecho universal” a curar gente ni a levantar casas. Pero sí existe el derecho universal a la libre expresión de ideas y opiniones. Veamos el artículo 19 de la Declaración Universal de Derechos Humanos:
¿Por qué?, dirán algunos. ¿No necesitan los médicos un título para poder ejercer la medicina y los arquitectos para ejercer la arquitectura? Pues es lo mismo, los periodistas necesitan un título para ejercer su profesión.
No es lo mismo. Porque no existe un “derecho universal” a curar gente ni a levantar casas. Pero sí existe el derecho universal a la libre expresión de ideas y opiniones. Veamos el artículo 19 de la Declaración Universal de Derechos Humanos:
Todo individuo tiene derecho a la libertad de opinión y de expresión.
Este derecho incluye el de no ser molestado a causa de sus opiniones, el de
investigar y recibir informaciones y opiniones, y el de difundirlas, sin
limitación de fronteras, por cualquier medio de expresión.
No hay dónde perderse. Pero, por si acaso alguno insiste, ahí está el
artículo 13 de la Convención Interamericana de Derechos Humanos:
Toda persona tiene derecho a la libertad de pensamiento y de expresión.
Este derecho comprende la libertad de buscar, recibir y difundir informaciones
e ideas de toda índole, sin consideración de fronteras, ya sea oralmente, por
escrito o en forma impresa o artística, o por cualquier otro procedimiento de
su elección.
Es decir, para informar o difundir ideas de toda índole por cualquier
medio de comunicación el único requisito es ser humano.
Alguno dirá: ¡Si así es la cosa, mejor cerremos las facultades de
comunicación!
De ninguna manera. Mejor abramos más facultades de comunicación. Porque necesitamos que quienes están detrás de los micrófonos o delante de las pantallas, o en las salas de redacción de los periódicos y revistas, se capaciten cada día más. Ojalá que todos quienes sienten la vocación de comunicadores y comunicadoras sociales pudieran ir a la universidad y formarse lo mejor posible. Pero no por lo que consiguieron ellos van a negarle al resto de la población el derecho a la palabra y a la imagen pública.
Quien pueda ir a la universidad, tendrá más oportunidades laborales por su mejor preparación y seguramente realizará un mejor trabajo comunicativo. Que se alegre por ello.
De ninguna manera. Mejor abramos más facultades de comunicación. Porque necesitamos que quienes están detrás de los micrófonos o delante de las pantallas, o en las salas de redacción de los periódicos y revistas, se capaciten cada día más. Ojalá que todos quienes sienten la vocación de comunicadores y comunicadoras sociales pudieran ir a la universidad y formarse lo mejor posible. Pero no por lo que consiguieron ellos van a negarle al resto de la población el derecho a la palabra y a la imagen pública.
Quien pueda ir a la universidad, tendrá más oportunidades laborales por su mejor preparación y seguramente realizará un mejor trabajo comunicativo. Que se alegre por ello.
Todavía algún egoísta dirá: ¿Y para qué estudié yo si todo el mundo
puede ser periodista?
La respuesta es fácil y generosa: estudiaste para mejorar tus
capacidades y competencias, para distinguirte por tus conocimientos y, sobre
todo, para servir mejor a tu pueblo. ¿Te parece poco?
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Lic. Domingo Paucar Pari
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