Por
Cindy Cerrudo - 23.09.2017
Es inevitable escuchar una
canción en género blues sin sentir esa sensación inexplicable de conexión con
la melodía, percepción de tanto sentimiento en el canto y ese estilo único en
la voz que solo puede tener alguien que es parte de esa cultura.
Este género nació en las orillas
del rio Misisipi, lugar donde fueron repartidos esclavos africanos y testigo
del crecimiento de grandes ciudades como de la extinción de pueblos. Tal vez
por ello se afirma que esta ciudad norteamericana nació entre ritmos y
lágrimas.
El blues es un canto de respuesta
a una sociedad racista norteamericana culpable de haber mantenido en
condiciones de esclavitud a la población afrodescendiente. Es un monólogo
subjetivo y una forma de denunciar por medio del canto la condición en la que vivían
y a lo que estaban sometidos los esclavos africanos en los campos agrícolas o
en la penitenciaría.
El cantante blues crea un
escenario dramático en el cual no solo canta sino expresa sus sentimientos,
llora, se lamenta y hasta reniega de su situación.
El blues tuvo diferentes estilos,
el primero inició en las orillas del río Misisipi, con el instrumento del bajo
y luego la guitarra, los cuales le permitieron entonar las primeras canciones
de dolor, lamento y esperanza por la libertad perdida. Cada canto expresaba los
recuerdos de su patria, sus antepasados y sobre todo su libertad.
En este tiempo surgieron
cantantes como Lemon Blind Jefferson, Blind Blake, Charlie Jackson, Huddie
Leadbelly, Son House y Jhon Temple. Siendo ellos, que con fuerza y valor contaban
en sus cantos mensajes de reivindicación con el fin de romper las cadenas de la
opresión y la marginación impuestas por los traficantes europeos y racistas
blancos.
Con el fin de la guerra civil y
la abolición de la esclavitud, se dio la migración de millones de negros del
campo a la ciudad en los EE.UU trasladándose a urbes como Chicago, Detroit y
Nueva York, donde las líneas férreas y los trenes eran los lugares favoritos
para los negros. Ya en las ciudades sus canciones poetizaban la marginación y
la soledad en la que vivían.
En este período se introduce el
piano en el blues, lo cual anima los inicios para muchos en este género como
Leroy Carr, Tampa Red, Lonnie Johnson y Mamie Smith, quien fue la primera en
grabar su disco en Chicago. A partir de este hecho el género musical se
multiplicó aún más. Sus temas fueron difundidos a través de las ondas radiales,
lo cual les permitió tener mayor alcance en la ciudad, llevándolos a cautivar
distintos clubes y bares en Chicago. Ante la buena acogida, los músicos del
blues continuaron presentándose sin perder el mensaje genuino basado en
expresar la dura realidad del abandono, la pobreza y la soledad.
El blues se convirtió en un
elemento importante de la cultura afroamericana popular en los Estados Unidos, llegando
a la audiencia blanca a través de los arreglos de Handy y las interpretaciones
de cantantes mujeres. El blues pasó de ser cantado en bares a una forma de
entretenimiento en los teatros. Siendo en este período donde las compañías
discográficas, como la American Record Corporaton, Okeh Records y Paramoun
Record, comenzaron a grabar música afroamericana.
No cabe duda que la mejor forma
de expresión es la música concebida como arte representativo de diferentes
culturas. Tal es el caso del género “blues”, que fue parte de la historia de
los esclavos africanos desde el tiempo que ellos se encontraban reprimidos
hasta después de ser libres. Su influencia fue tan enorme que incluso jugó un
rol importante en el desarrollo de otros géneros musicales como el Jazz, Rock
and Roll y Pop.
Desde sus orígenes hasta la
actualidad, el blues sirve de puente cultural que permite a los pueblos
oprimidos transmitir sus emociones y parte de su historia al mundo.
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